El arte es una mentira que nos acerca a la verdad. (Pablo Piccaso)

miércoles, 13 de mayo de 2015

El matrimonio Arnolfini (Van Eyck)
Pocas obras de Van Eyck superan el medio metro de altura; pese a ello, la riqueza de detalles y la trascendencia simbólica de las escenas representadas han convertido a su autor en un maestro del microcosmos.

Sus cuadros están impregnados de un fuerte realismo que nos permite conocer el mundo en que vivió: un mundo urbano de comerciantes.
Su cronología es de 1434, es un lienzo al óleo, cuyas dimensiones es una tabla de 84 x 57 cm, bastante pequeño para representar todos los detalles tan pequeños que contiene.
Actualmente se encuentra en el museo National Gallery, en Londres
EL ARTISTA:
Jan van Eyck (1390-1441) nació en la ciudad flamenca de Maaseik. Tras formarse en París, sirvió a Juan de Baviera, conde de Holanda, para quien realizó una colección de miniaturas, y posteriormente pintó para el poderoso duque de Borgoña, Felipe el Bueno. Es uno de los protagonistas de la transición entre el Gótico internacional y la pintura flamenca.
ELEMENTOS PLÁSTICOS:
Tres colores destacan en la composición cromática del cuadro: el verde intenso del vestido de la novia, el marrón de la túnica que luce el mercader, y el rojo que impregna los ropajes del mobiliario. La luz proviene de una ventana situada a la izquierda del espectador, detrás del personaje masculino. El foco de la luz confiere una atmósfera especial a la escena: ilumina de lleno la figura de la novia y al mismo tiempo crea una zona de penumbra en torno a su prometido.
Van Eyck consiguió el realismo a base de ir añadiendo detalles, para lo cual cambió la manera tradicional de pintar: sustituyó el huevo, usado habitualmente como base para mezclar los pigmentos (temple) por el aceite (óleo), que secaba más lentamente y permitía añadir pequeñas pinceladas. Así, pudo ir aplicando capas de colores hasta conseguir el efecto deseado, al tiempo que obtenía (mediante el pincel afiliado) una gran exactitud.
COMPOSICIÓN:
La construcción del espacio se realiza a partir de la confluencia, en la pared del fondo, de los planes laterales (la pared de la ventana a la izquierda, y el dosel de la cama a la derecha) y el plano inferior (el suelo). También en el fondo  confluyen las líneas de fuga, representadas por las vigas del techo y los tablones de madera del suelo, lo que proporciona a la escena un efecto tridimensional. Dicho efecto es reforzado por la existencia de un espejo convexo en la pared, recurso utilizado por otros artistas más tarde (Velázquez, en Las meninas); en él se ven reflejados dos personajes, situados frente a los esposos, y que supuestamente contemplan la escena. Uno de ellos, según la inscripción colocada encima del espejo (“Johannes de Eyck fuit hic, 1434”, “Johannes van Eyck estuvo aquí”), podría ser el mismo autor del cuadro. Gracias al recurso del espejo, van Eyck consigue un nuevo plano, invisible, que corresponde a lo que los esposos tienen ante sí.
En el techo, entre los esposos, cuelga una dorada lámpara que centra la composición.
Observamos que el esposo coge con su mano izquierda la mano de la mujer, al mismo tiempo que con la derecha realiza un gesto que significa aceptación. La prometida por su parte, baja la cabeza en señal de modestia. Detrás de la pareja, en el lado opuesto a la ventana, se ve una cama con dosel, signo inequívoco de que se hallan en la cámara nupcial.
CONTENIDO:
Representa los esponsales entre Giovanni Arnolfini, rico mercader italiano instalado en Flandes, y su prometida, Giovanna Cenami. La escena se desarrolla en la cámara nupcial.
Aunque en apariencia pudiera ser considerado una estampa costumbrista, el cuadro está cargado de simbolismo religioso. La única vela que en pleno día está encendida en la lámpara que cuelga del techo, simboliza a Jesucristo, cuya presencia santifica a los esposos. La lámpara, junto con la estatuilla de Santa Margarita, situada en el pomo de la cama, quiere simbolizar la unidad del matrimonio.
Los zuecos de madera indican que el matrimonio están descalzos (como Moisés en el Sinaí, cuando tocó tierra sagrada), lo cual simboliza lo sagrado del acto.
El perrito representa la fidelidad conyugal; la borla que cuelga de la cabecera de la cama y el vientre de la mujer aluden a la fertilidad; las frutas sobre el alféizar de la ventana y el arca, a la inocencia.


EL REALISMO EN LA PINTURA FLAMENCA:
El cuadro contiene los ingredientes básicos de la pintura flamenca: protagonistas burgueses, detalle, y gran minuciosidad, y simbolismo.
Van Eyck buscó la representación casi tridimensional de la realidad. Aplicó la perspectiva y consiguió una profundidad y un realismo desconocidos hasta entonces.
FUENTES:

Vicens Vives: Nuevo Arterama
Imagenes: www.hdwalls.xyz // maestrodesociales.blogspot.com

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